El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene previsto sostener este lunes llamadas telefónicas separadas con el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el mandatario de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, con la intención de avanzar hacia un alto el fuego en la guerra de Ucrania.
Trump anunció en su red social Truth Social que espera tener un “día productivo”, e incluso alcanzar una tregua temporal. Además de conversar con los dos líderes, también hablará con miembros clave de la OTAN, en un intento por destrabar el conflicto que comenzó con la invasión rusa en febrero de 2022.
“Una guerra que nunca debió haber ocurrido debe terminar”, escribió Trump, quien prometió durante su campaña que podría resolver el conflicto “rápidamente” si volvía a la Casa Blanca.
Expectativas y dudas en torno al rol de Trump
El presidente confía en su relación personal con Putin como herramienta para convencerlo de detener el conflicto. Su enviado especial, Steve Witkoff, afirmó que “será una llamada muy exitosa” y que Trump cree que solo necesita hablar directamente con el líder ruso para avanzar.
Sin embargo, hay preocupaciones sobre una posible afinidad de Trump con Putin. La ex embajadora estadounidense en Ucrania, Bridget Brink, reveló que renunció el mes pasado tras sentirse presionada por el gobierno a “culpar a la víctima, en lugar del agresor”. Contó que en una reunión en febrero, Trump y su equipo reprendieron a Zelenskyy por no ser “lo suficientemente deferente”.
“La paz a cualquier precio no es paz, es apaciguamiento. Y el apaciguamiento solo lleva a más guerra”, advirtió Brink.
Sanciones, comercio y drones en el campo de batalla
Durante la llamada con Putin, Trump planea hablar del “baño de sangre” en Ucrania y de posibles acuerdos comerciales, sugiriendo que podría usar incentivos económicos para buscar una salida. Su secretario del Tesoro, Scott Bessent, dijo que si Rusia no negocia de buena fe, podrían imponerse nuevas sanciones.
Bessent también criticó las sanciones anteriores aplicadas bajo el gobierno de Joe Biden, argumentando que no afectaron los ingresos del petróleo ruso por miedo a que eso provocara una subida de precios en EE.UU.
Mientras tanto, el Kremlin rechazó una propuesta de Zelenskyy para reunirse en Turquía, una iniciativa que buscaba una tregua de 30 días. Las conversaciones en Estambul fracasaron tras menos de dos horas, aunque ambas partes acordaron intercambiar 1.000 prisioneros de guerra, algo que podría comenzar esta semana, según el jefe de inteligencia ucraniano Kyrylo Budanov.
Zelenskyy intensifica contactos diplomáticos antes del lunes
El domingo, Zelenskyy se reunió en Roma con el vicepresidente estadounidense J.D. Vance y el secretario de Estado Marco Rubio, así como con líderes europeos, para fortalecer su posición antes de las llamadas clave. A través de la red social X, el presidente ucraniano lamentó que la delegación rusa en Turquía no tuviera poder de decisión, y reiteró su compromiso con una “diplomacia real”.
“Se necesita más presión sobre Rusia hasta que estén dispuestos a detener la guerra”, afirmó Zelenskyy. También señaló que durante las reuniones se abordaron temas como nuevas sanciones, comercio bilateral, cooperación en defensa y el próximo intercambio de prisioneros.
Sin embargo, en paralelo a estos esfuerzos diplomáticos, Rusia lanzó el mayor ataque de drones contra Ucrania desde el inicio de la guerra. Según la Fuerza Aérea ucraniana, el domingo se dispararon 273 drones explosivos y señuelos, dirigidos a las regiones de Kiev, Dnipropetrovsk y Donetsk.
AP