Los días transcurren sin fin en el nuevo centro de detención de migrantes en los Everglades, Florida. Recluidos en espacios sin ventanas ni relojes, bajo luces encendidas las 24 horas y con escaso acceso al sol, los detenidos aseguran que pierden la noción del tiempo.

Familiares, abogados y los propios internos denuncian condiciones deplorables en el recinto, apodado “Alcatraz de los Caimanes”: suciedad generalizada, falta de atención médica, malos tratos y violaciones a sus derechos legales.

“Ni a un animal lo tratan así. Esto es como una tortura”, declaró Luis González, un cubano de 25 años que llamó a la AFP desde el interior del centro.

Las instalaciones fueron levantadas en apenas ocho días sobre un aeródromo abandonado de los Everglades y abiertas el pasado 2 de julio. El proyecto busca apoyar la política migratoria del presidente Donald Trump, en coordinación con el gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien firmó un acuerdo con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para que el estado detenga a migrantes indocumentados, una competencia reservada hasta ahora al Gobierno federal.

La administración Trump pretende convertir este centro en modelo para futuras instalaciones de detención en Estados Unidos.

Testimonios de hacinamiento y abusos

Luis González relató que, tras la negativa de un juez a su solicitud de asilo, fue arrestado y trasladado al centro. Pasó más de un día encadenado de pies, manos y cintura durante el trayecto en autobús, antes de ser recluido en una carpa que alberga ocho celdas.

“No he visto la luz del sol en 14 días. Cuando nos llevan al comedor debemos caminar con las manos en la cabeza, como si fuéramos asesinos”, dijo. Según su testimonio, comparte celda con 30 personas en un espacio cercado con alambradas, “como un gallinero”, donde apenas limpian los baños.

Otros detenidos denunciaron la falta de higiene y atención médicaMichael Borrego Fernández, de 35 años, sufrió una hemorragia no atendida a tiempo y debió ser operado de urgencia. A su regreso, no recibió antibióticos y tuvo que ser hospitalizado nuevamente por infección.

La tensión ha derivado en incidentes violentos. Marcos Puig, de 31 años, aseguró haber sido golpeado por varios guardias tras romper un inodoro en señal de protesta. Según su relato, lo mantuvieron 12 horas arrodillado en un espacio sin cámaras ni aire acondicionado. Otros internos afirmaron haber presenciado palizas durante las comidas.

El malestar ha llevado incluso a huelgas de hambre y intentos de suicidio, como el de Rafael Collado, de 63 años, quien relató a su pareja por teléfono: “He intentado suicidarme dos veces, me he cortado las venas. He estado en huelga de hambre”.

Demandas y suspensión judicial

Activistas, abogados y opositores han exigido el cierre inmediato del centro, contra el cual se han interpuesto dos demandas.

La primera denuncia que los migrantes no tienen acceso a un debido proceso legal, ya que muchos no han visto a un juez y no pueden solicitar fianza, dado que las cortes migratorias alegan no tener jurisdicción sobre el recinto al no ser federal.

La segunda demanda alerta sobre el impacto ambiental en los Everglades, un ecosistema protegido que alberga más de 2.000 especies, incluidos los caimanes que inspiraron el apodo del centro.

La semana pasada, una jueza federal ordenó suspender por 14 días cualquier nueva construcción, mientras se estudian las denuncias.

Las autoridades de Florida han negado todas las acusaciones, pero los testimonios de los detenidos y las presiones judiciales mantienen en el centro de la polémica a esta nueva instalación migratoria.

Yahoo Noticias

Por admin

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