La violencia feminicida continúa siendo uno de los problemas más graves y persistentes de la República Dominicana. En el período 2016-2024, 1,072 niños, niñas y adolescentes quedaron en la orfandad por 779 asesinatos de mujeres

Solo en 2024, los 73 feminicidios registrados dejaron 77 niños, niñas y adolescentes huérfanos, una cifra que revela la dimensión humana del crimen más allá de las estadísticas.

Los datos se registran en la investigación «Feminicidios en República Dominicana: Radiografía de la violencia feminicida 2016–2024«, elaborado por Flor Batista Polo y difundido por el Observatorio Político Dominicano (OPD) de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), el miércoles 13 de noviembre.

Estos menores pierden no solo a sus madres, sino también, en muchos casos, a sus padres, debido a que una parte significativa de los victimarios se suicida o enfrenta procesos judiciales que los apartan definitivamente del hogar, revela la investigación.

  • El estudio indica que el año pasado, el país registró 73 feminicidios, de los cuales 65 fueron íntimos, es decir, cometidos por parejas o exparejas, lo que representa cerca del 89 % del total.  

La violencia ocurre, sobre todo, en espacios que deberían ser seguros: 38 asesinatos se cometieron dentro del hogar, y una parte importante tuvo lugar en horarios nocturnos o de madrugada.

El análisis también muestra que 18 casos terminaron en feminicidio-suicidio, lo que evidencia patrones de extrema violencia y control.

Sobre el tipo de armas y mecanismos para matar

En cuanto a los métodos utilizados, las armas blancas estuvieron presentes en 27 casos de 2024, mientras que el análisis más amplio del período 2016–2024 contabiliza 289 asesinatos con armas blancas y 261 con armas de fuego, ambas usadas mayormente en feminicidios íntimos.

La dimensión del problema se amplía al revisar la serie histórica. Entre 2016 y 2024, los feminicidios contra niñas y adolescentes sumaron 88 casos, con patrones especialmente crueles: las menores de 13 años fueron asesinadas mediante mecanismos de contacto directo como asfixia y golpizas, en su mayoría por padres o padrastros.

Todas las víctimas menores fueron asesinadas en residencias familiares o de personas cercanas, mostrando cómo la violencia se ejerce desde vínculos de proximidad

A este drama se agregan las llamadas «víctimas invisibles«: los hijos e hijas que quedan sin madre o sin padre cuando el agresor se suicida después del crimen. En total, entre 2016 y 2024, se contabilizan 1,072 víctimas invisibles, divididas entre 524 hijos de las víctimas, 130 hijos en común y 418 hijos de los victimarios.


Este dato revela que el feminicidio no solo termina con la vida de una mujer, sino que desestructura familias completas y perpetúa ciclos de trauma.

El perfil laboral tanto de víctimas como de agresores muestra que la violencia afecta a mujeres de diferentes sectores: empleadas privadas, servidoras públicas, comerciantes, personal de salud, y también involucra a miembros activos o retirados de instituciones castrenses, transportistas, empleados privados y trabajadores independientes.

El análisis concluye con una serie de recomendaciones, entre ellas incorporar talleres de gestión emocional en escuelas, fortalecer protocolos interinstitucionales, implementar sistemas de predicción de riesgos y activar alertas de proximidad. La evidencia disponible confirma que la violencia feminicida en República Dominicana es estructural, persistente y exige respuestas urgentes y coordinadas.

Conversatorio y análisis de los resultados

Posteriormente, se desarrolló un conversatorio multisectorial titulado «¿Dónde estamos y hacia dónde vamos?», en el que participaron representantes de distintos sectores del Estado y la sociedad civil, entre ellos Rosalba Ramos, fiscal del Distrito Nacional; Juliana O´Neal, diputada; Ana Iris Linares, del Observatorio de Género del Poder Judicial; Susi Aquino Grauteraux, periodista; y Patricia Liranzo, académica del INTEC.

Durante el diálogo, los panelistas coincidieron en la urgencia de fortalecer la coordinación interinstitucional, mejorar los mecanismos de prevención y promover una educación basada en la igualdad y el respeto.

Asimismo, debatieron sobre la necesidad de desarrollar un sistema de predicción de riesgos georreferenciado, implementar protocolos de alerta.

El expresidente la República Dominicana  y presidente de FunglodeLeonel Fernández, asistió a la presentación del estudio junto a expertos y analistas vinculados al tema.

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