Una extensa investigación de The New York Times sostiene que la relación entre el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el fallecido financiero Jeffrey Epstein fue mucho más estrecha y duradera de lo que el mandatario ha reconocido públicamente, aunque el diario subraya que no halló evidencia que vincule directamente a Trump con los delitos de abuso y tráfico sexual de menores cometidos por Epstein.
De acuerdo con el reportaje, que se basó en entrevistas a 30 exempleados de de Epstein, ambos mantuvieron durante casi dos décadas un vínculo social intenso, especialmente entre finales de los años 80 y mediados de los 2000, coincidiendo con la etapa de mayor proyección pública de Trump como empresario inmobiliario. Ambos compartían fiestas exclusivas, eventos sociales y reuniones privadas en propiedades como Mar-a-Lago, la Torre Trump, la mansión de Epstein en Manhattan y residencias en Palm Beach, además de mantener contacto telefónico frecuente, según testimonios de exasistentes y exempleados de Epstein citados por el diario.
El Times señala que Epstein, entonces un financiero rodeado de misterio sobre el origen de su fortuna, presumía su cercanía con Trump, a quien presentaba ante mujeres como su “mejor amigo”. Varios testimonios recogidos por el medio indican que Epstein y su socia Ghislaine Maxwell presentaron al entonces empresario a mujeres jóvenes, algunas de las cuales posteriormente acusaron a Epstein de abuso o coerción. Ninguna de ellas acusó a Trump de abuso sexual contra menores, aunque algunas relataron conductas sexuales inapropiadas, que el presidente ha negado.

Según la investigación, Epstein y Trump compartían un estilo de vida marcado por la cosificación de mujeres, el interés por concursos de belleza y el ambiente del modelaje en Nueva York y Florida durante los años noventa. El reportaje recuerda que Trump patrocinó y juzgó certámenes como Miss Universe, Miss USA y Miss Teen USA, y que Epstein solía moverse en los mismos círculos, utilizando su red de contactos para acercarse a jóvenes aspirantes a modelos.
El diario documenta además que Epstein solía poner llamadas telefónicas con Trump en altavoz frente a empleados y visitantes, durante las cuales ambos hablaban abiertamente sobre sexo y mujeres, según relataron exempleados. Notas manuscritas inéditas de asistentes de Epstein, revisadas por el Times, muestran que Trump era una presencia habitual en la agenda del financista durante los años noventa, con recordatorios para devolverle llamadas o coordinar encuentros.
La investigación también recoge testimonios de mujeres que aseguran haber coincidido con Trump en fiestas organizadas por Epstein, así como en eventos sociales en Mar-a-Lago. Algunas relataron presiones, insinuaciones o contactos físicos no deseados por parte del entonces magnate inmobiliario. Trump ha negado de forma reiterada esas acusaciones y su equipo legal las ha calificado de falsas.
El Times recuerda que cerca de 20 mujeres han acusado públicamente a Trump, a lo largo de los años, de manoseos, besos forzados o agresión sexual, acusaciones que el mandatario rechaza. En 2023, un jurado civil de Nueva York falló a favor de la escritora E. Jean Carroll, quien obtuvo una indemnización de 5 millones de dólares tras acusar a Trump de abuso sexual y difamación.

En respuesta a la investigación, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, desestimó el reportaje y afirmó que Trump “no hizo nada malo”, asegurando que expulsó a Epstein de Mar-a-Lago por conducta indebida. Sin embargo, The New York Times subraya que las explicaciones ofrecidas por Trump y sus representantes sobre el inicio y el final de la relación han cambiado repetidamente con el paso de los años.

El reportaje adquiere relevancia en medio de la entrada en vigor de una ley que ordena la publicación de documentos gubernamentales relacionados con Epstein, tras presiones incluso de legisladores republicanos. No obstante, el diario advierte que el Gobierno puede retener información sensible, como datos que identifiquen a víctimas o documentos clasificados, lo que deja incertidumbre sobre el alcance real de las revelaciones.
Finalmente, The New York Times concluye que, aunque no encontró pruebas que impliquen directamente a Trump en los crímenes de Epstein, la relación entre ambos fue más profunda, constante y personal de lo que el presidente ha admitido, y sigue generando interrogantes sobre qué sabía y cuándo lo supo el círculo cercano del poder político y económico estadounidense.