En muchos países hay una creciente preocupación por el uso de celulares en las escuelas, independientemente de la edad del niño o el grado en que se encuentre. Se aduce que esos dispositivos distraen la atención del estudiante, facilitan el ciberacoso, los conflictos con amigos o familiares y posibles adiciones. Además, ni los padres ni los docentes tienen control sobre las búsquedas de contenidos que realizan los alumnos.

Se sostiene, y esto es lo preocupante, que como resultado muchos alumnos han bajado sus calificaciones en los estudios. Los últimos resultados de las pruebas PISA indicaron que algo no estaba bien en los países que siempre tenían buenos resultados. Todos bajaron en los puntajes acumulados. Se pudiera decir que la Pandemia de la Covid 19 incidió, pero eso no explica que España y Finlandia obtuvieran tan bajos resultados, ni que este último país volviera a dar prioridad como política educativa al texto escolar como elemento fundamental para orientar el proceso de aprendizaje.

Estas medidas de control se vienen aplicando desde el 2018 en Grecia y Francia, 2024 en Italia, Bélgica, Países Bajos y Hungría, en 2025 en Finlandia, y Corea del Sur. En América Latina se aplica esta decisión desde el 2024 en Argentina y en el 2025 en Brasil.

«Se trata, en definitiva, que la atención de los alumnos se concentre en lo útil, en los temas que son propios del currículo establecido y dejar de lado los distractores de las redes sociales que introducen indisciplina y falta de atención de los alumnos. «

Se espera que, como resultado, el aula sea un espacio centrado en el aprendizaje, donde el uso de la tecnología sea solo para fines educativos y bajo la supervisión del docente en actividades concretas que lo requieran y que, como consecuencia de ello, aumenten los resultados positivos en las pruebas nacionales e internacionales. Colombia ha adoptado una postura flexible. Permite el uso del celular en el aula solo para fines pedagógicos, pero los colegios privados pueden hacerlo o no. Las evaluaciones que han hecho indican que la regulación ha permitido más concentración de los alumnos y, por tanto, más aprendizaje.

En República Dominicana no hay una normativa sobre el tema; sin embargo, muchos centros privados la aplican e impiden que los alumnos lleven celulares a las aulas. Es un tema que en algún momento deberá ser analizado y establecer las reglas más convenientes sobre el mismo. 

No obstante, es bueno señalar que el país decidió, desde el 2021, un amplio programa de conectividad de los centros educativos a internet de banda ancha y en aquellos centros con esta facilidad establecer un campus virtual de aprendizaje que permita a los alumnos acceso al conocimiento disponible en la red, a contenidos más actualizados conforme avanza la ciencia y la tecnología.

Esta red de escuelas conectadas representa un gran avance en el sector educativo, una innovación que es una gran oportunidad para que la educación nacional avance en calidad, dé un salto cualitativo. Sin embargo, para su éxito se requiere que los docentes sean capacitados en el uso educativo de internet y, además, establecer laboratorios fijos de computadoras en las escuelas. En el Plan Horizonte 2034 se contempla el fortalecimiento de la educación híbrida y la educación a distancia virtual para aumentar las oportunidades educativas, bajo el principio de que nadie se debe quedar detrás o fuera de las aulas. 

La inversión en tecnología educativa es la oportunidad para cambiar la orientación del sistema educativo hacia fines más prácticos y productivos en resultados de aprendizaje. Los alumnos de hoy viven en un mundo digital, pero a ese entorno hay que incorporarle los propósitos fundamentales, los fines de la educación.

El hecho de que los países prohíban el uso de celulares en las aulas no niega en nada el valor que aporta la digitalización del conocimiento, de los contenidos educativos y el uso que alumnos y docentes puedan dar a la gran cantidad de saberes disponibles en la red de manera gratuita. Es una gran oportunidad de mejorar el proceso de aprender.

La digitalización de los procesos educativos orientados a obtener mejores resultados de aprendizaje es un hecho, incluso en los países que reniegan del celular en las aulas. Se trata, en definitiva, que la atención de los alumnos se concentre en lo útil, en los temas que son propios del currículo establecido y dejar de lado los distractores de las redes sociales que introducen indisciplina y falta de atención de los alumnos. 

La reflexión debe ir en el sentido de aprovechar las oportunidades de aprender que ofrece el mundo digital en que vivimos. Rousseau hablaba, en el Emilio de «educar en la naturaleza«. Hoy ese ámbito es el digital y debemos aprovechar al máximo las oportunidades de aprender que ofrece. De Montessori, este mundo digital ofrece la búsqueda constante de aprender, la autodeterminación, el juego con fines educativos. 

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