El exasesor de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump, John Bolton, se entregó este viernes a las autoridades judiciales de Estados Unidos, tal como estaba previsto, un día después de haber sido imputado por el presunto mal manejo de información clasificada, cargos que el exfuncionario niega rotundamente.
Bolton, de 75 años, enfrenta ocho cargos por transmisión de información de defensa nacional y diez por retención indebida. Se presentó en la corte federal de Maryland acompañado de su abogado, Abbe Lowell, para su primera audiencia ante el juez.
El exdiplomático no ofreció declaraciones a la prensa antes de la comparecencia, que marca el inicio de un proceso judicial potencialmente largo y complejo, dada la naturaleza sensible del material involucrado.
De ser hallado culpable, podría enfrentar hasta 10 años de prisión por cada cargo.
Según el Departamento de Justicia (DOJ), Bolton habría redactado resúmenes diarios de sus actividades en la Casa Blanca a modo de diario personal, durante su gestión como asesor de Seguridad Nacional en la primera administración de Trump, entre 2017 y 2019.
La imputación sostiene que en esos documentos transcribió información clasificada, incluidas conversaciones privadas y secretos gubernamentales, que luego compartió con dos familiares para la redacción de su libro de memorias publicado en 2020.
Las autoridades señalan que Bolton utilizó una cuenta de correo electrónico personal para enviar los mensajes, la cual fue posteriormente hackeada por un actor vinculado al Gobierno de Irán, lo que habría puesto en riesgo información sensible de defensa nacional.
El exasesor calificó el caso como una “represalia política”, asegurando ser “víctima de un DOJ controlado por los enemigos de Trump”.
Su defensa insiste en que nunca almacenó ni compartió documentos clasificados y sostiene que los cargos actuales replican acusaciones ya desestimadas en 2020, cuando el Gobierno intentó bloquear la publicación de su libro The Room Where It Happened (La habitación donde ocurrió).
Con esta imputación, Bolton se convierte en el tercer opositor interno de Trump en ser procesado en menos de un mes.
Antes de él, fueron acusados el exdirector del FBI James Comey, por obstrucción y declaraciones falsas, y la fiscal general de Nueva York, Letitia James, por presunto fraude bancario y falsedad documental.
El caso se perfila como otro episodio de la creciente confrontación entre el presidente Trump y exfuncionarios de su administración, algunos de los cuales se han convertido en sus críticos más duros.
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