El Gabinete de Seguridad de Israel aprobó esta madrugada un plan militar impulsado por el primer ministro Benjamín Netanyahu para ocupar la ciudad de Gaza, en el norte del enclave palestino. La decisión fue inmediatamente rechazada por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que la calificó como una acción que va “en contra del fallo de la Corte Internacional de Justicia, de la solución de dos Estados y del derecho del pueblo palestino a la autodeterminación”.
Desde la ONU se advirtió que la ejecución de este plan por parte de Israel provocaría “más sufrimiento insoportable, destrucción sin sentido” y representaría la comisión de crímenes de guerra y de lesa humanidad. El alto comisionado reiteró su llamado a detener el conflicto de inmediato: “La guerra en Gaza debe terminar ya, e israelíes y palestinos deben poder vivir uno al lado del otro en paz”, declaró, instando además a la liberación de rehenes en manos de Hamás y de los detenidos arbitrariamente por Israel.
La respuesta internacional no se hizo esperar. Desde Londres, el primer ministro británico, Keir Starmer, calificó de “errónea” la decisión israelí y urgió al gobierno de Netanyahu a “reconsiderar de inmediato” la medida. En un comunicado difundido por Downing Street, Starmer señaló que “esta acción no contribuirá a poner fin al conflicto ni a garantizar la liberación de los rehenes; solo provocará más derramamiento de sangre”.
El mandatario británico recordó que su gobierno ha condicionado el reconocimiento del Estado palestino, previsto para septiembre en la ONU a que Israel detenga la crisis humanitaria en Gaza, respalde un alto el fuego y se comprometa con la solución de dos Estados. Además, recalcó que su administración y sus aliados están diseñando un plan a largo plazo para alcanzar una paz duradera en la región.
En España, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, condenó “con firmeza” la decisión de Israel, advirtiendo que solo generará más sufrimiento y destrucción. A través de sus redes sociales, el canciller español denunció los planes israelíes como una escalada militar injustificada y reiteró la necesidad de un alto el fuego permanente, la entrada masiva de ayuda humanitaria y la liberación de todos los rehenes que aún permanecen en poder de Hamás.
Albares subrayó que la única vía hacia una paz duradera es la aplicación real de la solución de dos Estados, que incluya un Estado palestino viable y soberano.
En Berlín, el canciller alemán Friedrich Merz anunció la suspensión hasta nuevo aviso de toda exportación de armas que pudieran utilizarse en Gaza. “No se entiende cómo esta operación alcanzará los objetivos de desarmar a Hamás, liberar a los rehenes o lograr un alto el fuego”, declaró. Se trata de una decisión sin precedentes por parte del gobierno alemán en relación con su política de defensa hacia Israel.
En la misma línea, el gobierno de Países Bajos canceló tres licencias de exportación de componentes navales militares destinados a Israel. Las autoridades neerlandesas argumentaron el “riesgo de uso final no deseado” en Gaza, así como el agravamiento de la crisis humanitaria, marcada por hambruna, desnutrición y colapso sanitario en la Franja.