El comediante Jimmy Kimmel reapareció en la televisión nocturna tras casi una semana de suspensión y su regreso ha tenido un impacto masivo: el programa ya acumula casi 8 millones de reproducciones en YouTube, muy por encima del promedio de 1,8 millones de espectadores que suele registrar cada noche en televisión.
En un discurso inicial en el que estuvo visiblemente emocionado, Kimmel aseguró que nunca fue su intención hacer una broma sobre el asesinato del activista conservador Charlie Kirk. También rindió homenaje a la viuda de Kirk, Erika, a quien calificó de ejemplo de generosidad por haber perdonado públicamente al asesino de su esposo.
“Ese es un ejemplo que deberíamos seguir”, dijo Kimmel, antes de reconocer: “No creo que mis palabras cambien la opinión de nadie. Si te gusto, te gusto. Si no, no”.
Críticas y apoyos
El monólogo generó reacciones encontradas. Andrew Kolvet, portavoz de Turning Point USA, organización fundada por Kirk, consideró que lo dicho por Kimmel “no fue suficiente” y reclamó una disculpa pública: “Sí, Jimmy se emocionó. ¿Y qué? Está emocionado por sí mismo porque casi arruina toda su carrera”.
En contraste, el actor y comediante Ben Stiller elogió su intervención calificándola de “monólogo brillante”.
Entre el público presente en el estudio, hubo quienes destacaron el tono conmovedor del mensaje. “Fue un momento muy emotivo, nos llegó profundamente”, dijo Walter Bates, asistente a la grabación junto a su esposa.
Choque con Trump y debate sobre la libertad de expresión
Fiel a su estilo, Kimmel también bromeó sobre su rival habitual, el presidente Donald Trump, a quien atribuyó involuntariamente el auge de su audiencia:
“Lo intentó. Hizo su mejor esfuerzo para cancelarme. En cambio, obligó a millones de personas a ver el programa. Eso le salió mal. Ahora podría tener que publicar los archivos de Epstein para distraernos de esto”.
El incidente ha reavivado un debate nacional sobre los límites de la libertad de expresión y el poder de Trump para influir en los medios. El presidente criticó a la cadena ABC por reincorporar al presentador y llegó a amenazar con acciones legales.
Kimmel, por su parte, fue recibido con una prolongada ovación y cánticos de “¡Jimmy, Jimmy!”, lo que confirmó que, al menos ante su audiencia más fiel, su regreso fue un éxito.
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