Gabriel Araújo tiene 19 años y desde hace meses enfrenta una difícil situación. Sin saber cómo ni por qué, su afiliación médica cambió de la ARS Primera, perteneciente al Grupo Asegurador Humano, a la Administradora de Riesgos de Salud APS, con la que afirma nunca autorizó ningún traspaso.

Todo comenzó cuando presentó fuertes dolores de cabeza y espalda, síntomas que lo obligaron a acudir al médico, en donde se enteró del cambio de vinculación, y no por una llamada o un mensaje de notificación. 

«Me movieron a seguro APS sin mi consentimiento», expresó. 

Tras varios estudios, fue diagnosticado con hipertensión. Desde entonces, su situación médica y gestionar su nuevo carnet de seguro se han convertido en un verdadero calvario. 

Una madre desesperada

La situación también afecta a su madrePilar Araújo, quien entre la frustración y la impotencia ha intentado ayudarlo, pese a que por ley no puede hacer los reclamos formales porque Gabriel ya es mayor de edad. Sin embargo, esto no ha impedido que busque ayuda, reclame, y trate de que su hijo reciba la atención que necesita.

«Le reclamé a la farmacia y me dijo que me tenía que comunicar con mi ARS. Es un poco cuesta arriba porque yo no puedo reclamar porque mi hijo es adulto y él no tiene la cabeza para eso. A parte de que está en un proceso de hipertensión, se tiene que operar y yo ni sé si le va a cubrir una operación porque lo que tiene son meses», explicó. 

Afirma que representantes de APS le enviaron el número de afiliado de Gabriel para que pudiera recibir atención, pero eso no ha resuelto el problema. El joven sigue sin recibir su carnet físico y cuando intenta obtenerlo, la única respuesta que recibe es que «debe esperar a que llegue a su lugar de trabajo«.

«Ni siquiera nos dan una dirección de una oficina para buscarlo. Mi hijo se atiende en un hospital y dura hasta dos horas esperando una aprobación. Hemos tenido que pagar consulta porque la aprobación dura muchísimo. Entonces después está que no cogen la llamada en la mañana, eso es un lío», añadió Pilar.

Gabriel Araújo tiene 19 años y desde hace meses enfrenta una difícil situación. Sin saber cómo ni por qué, su afiliación médica cambió de la ARS Primera, perteneciente al Grupo Asegurador Humano, a la Administradora de Riesgos de Salud APS, con la que afirma nunca autorizó ningún traspaso.

Todo comenzó cuando presentó fuertes dolores de cabeza y espalda, síntomas que lo obligaron a acudir al médico, en donde se enteró del cambio de vinculación, y no por una llamada o un mensaje de notificación. 

«Me movieron a seguro APS sin mi consentimiento», expresó. 

Tras varios estudios, fue diagnosticado con hipertensión. Desde entonces, su situación médica y gestionar su nuevo carnet de seguro se han convertido en un verdadero calvario. 

Una madre desesperada

La situación también afecta a su madrePilar Araújo, quien entre la frustración y la impotencia ha intentado ayudarlo, pese a que por ley no puede hacer los reclamos formales porque Gabriel ya es mayor de edad. Sin embargo, esto no ha impedido que busque ayuda, reclame, y trate de que su hijo reciba la atención que necesita.

«Le reclamé a la farmacia y me dijo que me tenía que comunicar con mi ARS. Es un poco cuesta arriba porque yo no puedo reclamar porque mi hijo es adulto y él no tiene la cabeza para eso. A parte de que está en un proceso de hipertensión, se tiene que operar y yo ni sé si le va a cubrir una operación porque lo que tiene son meses», explicó. 


Afirma que representantes de APS le enviaron el número de afiliado de Gabriel para que pudiera recibir atención, pero eso no ha resuelto el problema. El joven sigue sin recibir su carnet físico y cuando intenta obtenerlo, la única respuesta que recibe es que «debe esperar a que llegue a su lugar de trabajo«.

«Ni siquiera nos dan una dirección de una oficina para buscarlo. Mi hijo se atiende en un hospital y dura hasta dos horas esperando una aprobación. Hemos tenido que pagar consulta porque la aprobación dura muchísimo. Entonces después está que no cogen la llamada en la mañana, eso es un lío», añadió Pilar.

Gabriel afirma que su última comunicación con APS fue el pasado 9 de octubre, cuando envió un mensaje solicitando información sobre su carnet:

«¿Quisiera que me digan dónde busco mi carnet? Lo necesito con urgencia, por favor», escribió. Hasta ahora, no ha recibido ninguna respuesta.

La falta de acceso completo al seguro médico ha afectado su tratamiento. Entre los medicamentos que debe tomar está el Curam, pastilla con un costo que asciende a 172 pesos por unidad, y cuyo tratamiento requiere 20 pastillas. Su madre afirmó que no ha podido cubrir el gasto.

«Para una persona que se ha tenido que hacer diferentes estudios, algunos pagando toda la cobertura, los recursos se van disminuyendo», expresó Pilar. 

Sanciones 

El cambio de afiliados entre administradoras de riesgos de salud (ARS) sin su consentimiento no es un caso aislado. Durante los últimos seis años, esta práctica ha sido descubierta de forma en al menos 11 de las 17 ARS que operan en el país.

La Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (Sisalril) impuso sanciones económicas por 235.5 millones de pesos, señalando en sus resoluciones su preocupación por el aumento en la frecuencia de afiliaciones y traspasos irregulares.

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