La Junta Central Electoral (JCE) ratificó su posición a favor del uso del método D’Hondt en el reparto de escaños de las candidaturas plurinominales, posición que asumió, y no ha variado, desde el año 2021, cuando propuso modificaciones a las leyes 33-18, sobre Partidos Políticos, y 15-19, Orgánica del Régimen Electoral.
De esta manera, la JCE reafirma que el actual sistema de representación proporcional por listas es el más adecuado para la elección de diputados.
En esa ocasión, la JCE también sugirió eliminar el voto preferencial, mecanismo actualmente utilizado para escoger diputados, regidores y vocales.
Este planteamiento se recrea apropósito de la propuesta del presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Ygnacio Pascual Camacho Hidalgo, quien llamó a los partidos políticos, la JCE y otros sectores a revisar el método D’Hondt para buscar una distribución de candidaturas más equitativa entre las organizaciones políticas participantes.
El D’Hondt es una fórmula matemática que distribuye los escaños conforme a los votos obtenidos por cada partido, buscando mantener la proporcionalidad del sistema.
Si una organización política alcanza el 40 % de los votos, debería obtener una cantidad similar de escaños, mientras que una que reciba el 10 % tendría una representación equivalente.
En la práctica, este sistema tiende a beneficiar a los partidos mayoritarios, especialmente en las demarcaciones pequeñas, donde se eligen pocos representantes.
En esos casos, una organización con bajo porcentaje de votos tiene pocas posibilidades de lograr un asiento, por lo que sus sufragios pueden considerarse “desperdiciados”.
En sus argumentaciones, el órgano electoral ilustró que en una circunscripción con tres escaños, un partido necesitaría al menos un 25 % más uno de los votos para asegurar representación. Esto implica que los partidos con menos del 10 % difícilmente logren un puesto.
De las 49 demarcaciones electorales del país, 34 (69.39 %) son pequeñas con menos de cinco escaños, 14 (28.57 %) son medianas, entre cinco y diez, y solo una (2.04 %) es considerada grande, con once escaños.
Como ejemplo, la JCE citó una demarcación plurinominal pequeña, donde solo se escogen 2 candidatos a diputados, de la siguiente manera:

Los escaños fueron adjudicados al Partido B y al Partido D conforme a los resultados. En este caso, los partidos con 31.80% y 29.07% (60.87% en total) de los votos, obtuvieron cada uno el 50% de los escaños, es decir, el 100%.
En cambio, un 39.13% de los votos esparcidos entre las demás organizaciones políticas se consideran “desperdiciados” ya que quedarán sin representación por la poca capacidad de proporcionalidad que ofrece una demarcación pequeña.
Sin embargo, la proporcionalidad se ajusta en un distrito plurinominal grande, de 11 escaños, donde si puede favorecer a entidades minoritarias.

En esta demarcación, se le asignaron 5 escaños al Partido A, 5 escaños al partido B y 1 escaño al Partido F,
En el presente caso el 90.59% de los votos de la demarcación se tradujo en un puesto de elección popular, mientras que quedó sin representación únicamente el 9.41% de los votos.
De igual manera, el porcentaje de votos obtenido por las organizaciones políticas que accedieron al reparto tiene un mayor parecido al porcentaje de escaños que han obtenido.