Cada 2 de abril, el mundo detiene su marcha para hablar del autismo. Pero en República Dominicana, las voces que piden inclusión y apoyo para quienes viven con esta condición no deberían ser escuchadas solo un día al año. Legisladoras y activistas han levantado la bandera de la urgencia, señalando las deficiencias del sistema en materia de educación, salud y acceso a terapias para personas con autismo.
Más allá de la conciencia: la deuda del Estado con el autismo
El sistema de salud y educación dominicano aún deja en la sombra a miles de familias que conviven con el autismo. La diputada Patricia Núñez subrayó la importancia de asignar más recursos a esta causa. “No es solo cuestión de voluntad; es una responsabilidad del Estado garantizar que cada persona con autismo tenga acceso a servicios adecuados”, sostiene.
Núñez destacó la necesidad de reformar la Ley 5-13 sobre discapacidad y la Ley de Seguridad Social (87-01) para asegurar la cobertura de terapias especializadas. Además, resalta la creación de una comisión en la Cámara de Diputados que busca mejorar las políticas de discapacidad en el país.
Un sistema educativo que aún no está listo
La diputada y educadora Yalis Soto enfatizó que el sistema educativo público sigue sin estar preparado para atender a niños con autismo. “Estos niños necesitan una enseñanza adaptada a sus necesidades, pero la mayoría de las escuelas no tienen docentes capacitados ni materiales adecuados”, advierte.
Soto resaltó que el Consejo Nacional de Discapacidad (CONADIS) ha certificado más de 8,000 casos de autismo, pero insiste en que aún falta mucho por hacer. “Si no fortalecemos la detección temprana y la inclusión escolar, estamos condenando a estos niños a una vida de limitaciones innecesarias”, señala.
Diagnóstico temprano: clave para cambiar vidas
Por su parte, la diputada Anny Mambrú pone el foco en la falta de diagnósticos oportunos. “El autismo no es una condición rara ni excepcional, pero en muchos casos se detecta demasiado tarde, lo que retrasa el acceso a terapias y apoyo especializado”, explica.
Mambrú recalca que, según la Organización Mundial de la Salud, uno de cada 100 niños presenta autismo, una cifra que podría ser mayor debido a la falta de estudios actualizados en el país. “Necesitamos un Estado que invierta en diagnósticos, en formación de especialistas y en acceso a servicios”, afirma.