El vicepresidente ejecutivo del Consejo Nacional para el Cambio Climático y Mercado de Carbono, Max Puig, advirtió que República Dominicana enfrenta fenómenos meteorológicos extremos que forman parte de un patrón global intensificado por el cambio climático.
Según Puig, los escenarios previstos para el Caribe por el Panel Intergubernamental de Expertos de la ONU sobre Cambio Climático (IPCC) muestran que los fenómenos meteorológicos que alteran los patrones de lluvia y provocan precipitaciones intensas con riesgo de inundaciones serán cada vez más frecuentes.
“El cambio climático está modificando los patrones meteorológicos tradicionales. Eventos como los que enfrenta República Dominicana este octubre podrían volverse más intensos y recurrentes”, advirtió.
Prevención y gestión de riesgos climáticos
El funcionario destacó la necesidad de reforzar la acción climática nacional, implementando medidas de prevención y gestión de riesgos de desastres. Estas acciones permiten a las autoridades emitir alertas tempranas y preparar a la población frente a emergencias.
“Estamos trabajando con el apoyo de la Coalición para el Desarrollo de Infraestructuras Resilientes (CDRI), INDOMET, la Comisión Nacional de Emergencias y el Centro de Operaciones de Emergencias. Mejoramos la observación meteorológica, la preparación ante emergencias y los canales de comunicación para alertas tempranas. Es una respuesta integral al cambio climático”, explicó.
Puig enfatizó la importancia de mejorar las capacidades operativas, logísticas y financieras de las instituciones encargadas de la prevención y gestión de riesgos.
“República Dominicana ha establecido alianzas internacionales con CDRI (India), el programa Copernicus de la UE, la agencia espacial de Italia y los Fondos de Inversión para el Clima (CIF), pero es clave aumentar la capacidad de acción y gestión frente al cambio climático”, subrayó.
Los fenómenos meteorológicos extremos tienen profundas implicaciones sociales, especialmente en comunidades costeras y rurales, donde los residentes enfrentan riesgos de desplazamiento, pérdida de medios de vida y deterioro de infraestructuras. Los niños y niñas son los más afectados por estas emergencias.