Hace 52 años, Salvador Allende, el primer presidente marxista elegido democráticamente en Occidente, murió durante el golpe militar que asaltó, el Palacio de La Moneda, marcando el inicio de 17 años de dictadura en Chile.
La democracia bajo ataque Allende llegó al poder con la coalición Unidad Popular, impulsando la nacionalización del cobre y la banca, la reforma agraria y programas sociales para los más desfavorecidos.
Sus medidas generaron rechazo entre empresarios, sectores conservadores y parte de la clase media, mientras Estados Unidos ejercía presión económica y campañas de desestabilización.
EL APOYO DE FIDEL CASTRO
Durante su gobierno, Allende recibió respaldo político y simbólico de Cuba, con envío de asesores, médicos y técnicos. Fidel Castro le regaló un fusil AK-47, que años después Allende usaría para suicidarse durante el asalto a La Moneda, evitando rendirse ante los militares.
La resistencia en La Moneda fue rodeada y bombardeada por tropas del Ejército y la Fuerza Aérea.
Allende resistió junto a su Grupo de Amigos Personales (GAP) mientras los militares exigían su rendición a gritos. Frente a la imposibilidad de sobrevivir, el presidente decidió mantener su decisión de no entregar el poder.
CONSECUENCIAS INMEDIATAS
Tras el golpe, Chile vivió represión, censura y exilio masivo. La familia de Allende fue obligada a abandonar el país, mientras la dictadura implementaba un modelo económico neoliberal que transformó la sociedad chilena.