La Policía malasia detuvo a 171 personas en el marco de una operación contra el conglomerado islámico Global Ikhwan Services and Business Holdings (GISB), sospechoso de estar detrás de los abusos a 402 menores rescatados de centros de acogida supuestamente bajo su gestión.
Los sospechosos, con edades comprendidas entre los 17 y los 64 años, han sido detenidos desde que el operativo se puso en marcha el pasado 11 de septiembre, según publicó la víspera la agencia local Bernama.
El inspector general de la Policía malasia, Razarudin Husain, señaló que se han rastreado 82 sedes de GISB, que tiene numerosos negocios en el sector alimentario, educativo y hotelero en una veintena de países, como Indonesia, Singapur, Egipto, Arabia Saudí, Francia, Australia y Tailandia.
Asimismo, indicó que durante el operativo se han encontrado documentos que permiten vincular al grupo con las enseñanzas islámicas prohibidas en Malasia de su fundador en 2010, Ashaari Muhammad, líder entonces de la controvertida secta Al-Arqam, censurada en los años 90 por desviarse de los preceptos del islam.
Detenido el director ejecutivo
Entre los detenidos se encuentran en principio el director ejecutivo del conglomerado, así como su mujer y otros 19 ejecutivos del grupo, arrestos de los que la Policía informó el pasado jueves.
GISB estaba supuestamente detrás de los centros de acogida de los que fueron rescatados el pasado 11 de septiembre 402 menores de entre 1 y 17 años, tras varias denuncias contra el grupo.
Razadurin, que ha ido desde entonces compartiendo detalles de la investigación preliminar, afirmó el pasado martes que las pruebas médicas a 392 de los rescatados revelan síntomas de abusos físicos y emocionales.
El policía indicó asimismo que existen vídeos que circularon por redes sociales, en los que las víctimas estaban siendo golpeadas, azotadas y manoseadas en el pecho y los genitales, y denunció también que eran objeto de explotación laboral y malnutrición.
Asimismo, indicó que algunos menores estaban enfermos o tenían discapacidades y que al menos 13 fueron violados.
La mayoría de los niños eran hijos de miembros de GISBH, abandonados en los centros de acogida del grupo poco después del nacimiento, por lo que muchos padres podrían no tener conocimiento de las identidades de sus hijos.
En un comunicado, GISB negó la pasada semana las acusaciones y aseguró que sus prácticas cumplen con las enseñanzas islámicas y las leyes de Malasia, país de mayoría musulmana.
GISB reconoce sus vínculos en origen con Al-Arqam, pero asegura que ya no tiene ninguna relación con el grupo prohibido.
La empresa se ha visto envuelta en otras controversias, como por crear el llamado el Club de las Esposas Obedientes, que enseñaba a las mujeres a ser sumisas con sus maridos.
Fuente: EFE