Una mujer acusada en EE.UU. de asesinar a una joven embarazada de 19 años y sacar al bebé de su vientre ha confesado el crimen casi cinco años después de cometerlo, informan medios locales. El tribunal la condenó el martes a 50 años de prisión.
Clarisa Figueroa, de 51 años, se declaró culpable del cargo de asesinato en primer grado. También fue acusada de secuestro, desmembramiento de cuerpo humano y otros delitos graves en relación con el asesinato de Marlén Ochoa López, cuando esta se encontraba cursando el noveno mes de embarazo.
En abril de 2019, contactó a Marlén a través de un grupo de madres jóvenes en una red social y la indujo a ir a su domicilio en Chicago con la promesa de recibir ropa para el bebé gratis. A continuación, con la ayuda de su hija Desiree, la estranguló con un cable, le extrajo al bebé del vientre con un cuchillo de cocina y luego dejó su cadáver en el tacho de basura.
Además, llamó al 911 para denunciar que acababa de dar a luz a un bebé que no respiraba. El pequeño falleció posteriormente por una severa lesión cerebral que le provocó la falta de oxígeno, tras pasar siete semanas en el hospital en condición crítica. Por su parte, Desiree, se declaró culpable de asesinato en enero y aceptó testificar contra su madre a cambio de una pena de 30 años de prisión.
«El recuerdo del último aliento de mi hijo en mis brazos es una completa agonía», escribió el marido de Marlén, Yovanny López, en una declaración leída ante el tribunal por un abogado. También añadió que, a causa de este crimen, su otro hijo, Joshua, «ha perdido a su madre para siempre».