Los alimentos extremadamente picantes y ácidos generan curiosidad y predilección en muchos individuos pese al dolor que causan. Desde la capsaicina en los pimientos hasta la acidez de ciertos dulces, el interés por estos alimentos puede vincularse a reacciones fisiológicas complejas y fenómenos sociales. Nelson Cheney, conocido por su cuenta en redes sociales “Craving Capsaicin”, es un ejemplo de esta fascinación.

Cheney, comenzó a consumir pimientos picantes y salsas para impresionar a su padre a una edad temprana. Hoy en día, sigue con esta práctica, pero ahora lo hace para entretener a sus 1,1 millones de seguidores en TikTok. En declaraciones a NBC News, Cheney afirmó que se ha vuelto adicto a la descarga de adrenalina que siente al consumir alimentos extremadamente picantes. “Me encanta la sensación de logro y energía que me produce”, dijo.

Según los científicos, la atracción hacia estos alimentos no es un caso aislado. La experiencia de consumir alimentos tan intensos estimula una respuesta de lucha o huida, durante la cual el cerebro libera endorfinas y dopamina, sustancias químicas que generan sensaciones placenteras. Como observó Elisa Trucco, directora del laboratorio de investigación sobre salud infantil y adolescente de la Universidad Internacional de Florida, estas prácticas atraen a individuos que buscan sensaciones intensas y recompensas.

La capsaicina, el componente químico que da el picor a los chiles, activa nervios relacionados con el tacto al ser descompuesta por la saliva. Robert Pellegrino, investigador postdoctoral en el Monell Chemical Senses Center de Filadelfia, explicó a NBC News que este dolor es similar al que se siente al tocar una estufa caliente. De manera similar, los alimentos ácidos activan los nervios del gusto. Al consumir alimentos ácidos, el cuerpo a menudo detecta una sustancia potencialmente dañina, lo cual inicia una reacción de dolor.

Paul Rozin, profesor de psicología en la Universidad de Pensilvania, argumenta que el cerebro humano tiene la capacidad de anular la reacción inicial al dolor distinguido entre dolor grave y “benigno”. Afirmó que consumir especias en cantidades moderadas suele ser seguro, pero el cuerpo aún las interpreta como amenazas, intensificando la sensación de superar una situación peligrosa.

Los desafíos alimentarios en redes sociales han ganado popularidad y a menudo están asociados con la búsqueda de aceptación y validación social. Publicar videos de estos desafíos desencadena una liberación adicional de dopamina. Cheney compartió con NBC News que disfruta de la comunidad virtual que ha creado basada en su pasión por comer pimientos. “Es genial que la gente se una a mí en esto”, mencionó Cheney.

Sin embargo, estos desafíos no están exentos de controversias. Incidentes mortales se han registrado en relación con el consumo de alimentos extremadamente picantes o ácidos. En Massachusetts, un adolescente falleció tras intentar consumir un chip de tortilla con extracto de chile en un desafío de redes sociales. Experiencias similares con dulces superácidos han provocado daños físicos, como el caso de una niña en el Reino Unido que sufrió quemaduras en la garganta.

El Dr. Edwin McDonald, gastroenterólogo del Centro Médico de la Universidad de Chicago, indicó a NBC News que aunque los alimentos picantes y ácidos son seguros en moderación, el consumo extremo puede conllevar riesgos médicos graves, como visitas al hospital. McDonald señaló que ciertos alimentos que contienen capsaicina pueden estar asociados con beneficios de salud a largo plazo, como una mayor longevidad y una disminución del riesgo de cáncer, pero estos no son los pimientos utilizados en los desafíos.

La Dra. Chantel Strachan, médica de medicina interna del Colegio de Médicos y Cirujanos Vagelos de la Universidad de Columbia, advirtió que los desafíos alimentarios extremos pueden ser especialmente peligrosos para personas con afecciones médicas subyacentes como hipertensión y asma. Sugirió considerar con cautela la participación en estos desafíos y consultar a un médico previamente.

Los niños y adolescentes son particularmente susceptibles a estos desafíos en redes sociales, según Trucco, quien recomendó a los padres mantenerse informados y conversar abiertamente con sus hijos sobre los posibles riesgos. “Es fundamental que los padres estén al tanto de estos desafíos y discutan los posibles peligros con sus hijos”, concluyó Trucco hablando con NBC News.

Fuente: Infobae

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